
Un viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en
Milán para hacerse una revisión médica. Allí descubre su último amor, una
criatura en la que volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a
él le llamaron sus camaradas partisanos. También allí vive su última pasión: un
amor que cubre con su luz los últimos momentos de una vida que, en su
acabamiento, puede sentir su propia plenitud.
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